martes, 29 de agosto de 2017

Individuos y culturas

Empezaré por confesar algo: La verdad es que no soy muy buen jugador de rol. Bastante malo, en realidad.

Bueno, en mi defensa, matizaré un poco lo anterior.

A la hora de jugar lo que hago es, básicamente, interpretar siempre al mismo personaje. Hay diferencias de contexto, en función del trasfondo, la profesión, el tono general de la ambientación y cosas así. Pero en lo esencial, se trata del mismo individuo, con idéntica personalidad, o casi. Su actuación puede varíar en función de los parámetros anteriores, pero el núcleo es fijo.

En ocasiones, cuando leo sobre las experiencias que otros jugadores describen en blogs y redes sociales, me da por pensar que debo de ser un desastre. Quiero decir, por ahí hay muchos aficionados que cuentan la mucha importancia que le dan a la caracterización de su PJ, al desarrollo de una personalidad ficticia que puede ser esencialmente distinta de la propia. Exploran esa faceta del juego -porque la interpretación es una faceta, no el conjunto- de una forma que me sorprende y me deja admirado. Pero que, en última instancia, en realidad no me interesa demasiado.

Y es que la cosa es así. No es sólo que probablemente yo no tenga una buena capacidad para idear personalidades muy diferentes -como director de juego resulta más fácil, a la hora de preparar a los PNJ-, o para ceñirme a ellas cuando estoy jugando, en particular si se trata de partidas largas o campañas. Eventualmente acabaría cayendo en mis propios tópicos, y a pesar de cualquier intento inicial, al final el PJ sería más o menos el de siempre.

Recientemente alcanzamos el final de la campaña de D&D5 que llevábamos jugando semanalmente desde más o menos noviembre pasado. La va a sustituir otra campaña, esta vez de Eclipse Phase, juego al que le tengo muchas ganas. El caso es que estuvimos preparando los personajes para estas partidas. Y bueno, mi ladrón de guante blanco, de género fluido -y su morfo puede cambiar de sexo a voluntad- con ideas socialistas y de libre acceso a la tecnología para todos no se diferenciará mucho, eso lo sé, en los puntos más básicos del alto elfo caballero arcano que tantas fatigas pasó para librar al mundo del azote del Tirano (¡el único PJ que jugó la campaña de principio a fin! y el último en morir en el TPK de la sesión final, aunque después de haber alcanzado la victoria sobre el villano). Dejando a un lado las evidentes diferencias contextuales, sé que las personalidades de ambos serán muy similares.

Tal y como mencionaba más arriba, idear personalidades ficticias no es algo que me motive mucho a la hora de jugar. Observo con cierta fascinación a quienes muestran esa capacidad camaleónica para crear una gran variedad entre sus personajes, pero no la envidio. En cambio, sí hay algo en lo que me gusta poner mucho énfasis, tanto como jugador como cuando dirijo una sesión.

Me refiero a las diferentes culturas que aparecen en alguna ambientación dada. La descripción de una sociedad, con sus costumbres y tradiciones, es una de las cosas que más me interesa encontrar en una partida en la que participo como jugador, y algo en lo que pongo esfuerzo para que se note cuando soy quien dirige. No siempre con éxito, la verdad sea dicha, pero no dejo de intentarlo.

Tengo bastante claro que esa es una razón de peso para explicar algunos de mis gustos. Juegos y/o entornos de campaña como Glorantha, Thennla, la Tierra Alternativa, etc., me atraen en buena medida por esa razón. En Aquelarre encuentro fascinantes esas pequeñas cápsulas de información con detalles sobre la gastronomía, las festividades, supersticiones, y en general sobre los hábitos de una población. Los ritos y las creencias de los diversos habitantes del Imperio Romano en Arcana Mundi. O la mitología viva de La Puerta de Ishtar. Y aunque soy principalmente un aficionado a la fantasía, hay mundos de ciencia ficción que también me despiertan ese tipo de interés. Eclipse Phase, que he mencionado antes, es un juego en el que encuentro todo tipo de intrigantes posibilidades.

Cuando juego, en cada sesión de juego me gusta encontrar el tipo de detalle que me recuerde que, dentro de lo posible, los PJ y su contexto difieren de nuestra sociedad consumista del siglo XXI. Las personalidades, ambiciones, anhelos y miedos pueden ser más o menos los mismos en cualquier parte, pero manifestados de forma diferente. E incluso pequeños datos, como notas sobre lo que se acostumbra en las comidas, me ayudan a trasladarme a ese otro entorno.

A su vez, en el tiempo que paso detrás de la pantalla, trato de transmitir eso mismo. Intento no forzar mucho la cosa, pero si dedicar al menos unos minutos en cada sesión para describir alguna costumbre, ya sea una festividad, la estructura de alguna institución, un mito o leyenda, o sencillamente qué es lo que les ponen en el plato a los PJ cuando van a una posada y piden comida.

No siempre sale bien ni tiene efectos tangibles sobre la partida. Algunos jugadores son indiferentes a este tipo de detalles -igual que yo lo soy a la idea de idear personalidades diferentes para cada PJ-, porque su atención está en otros aspectos del juego o porque, simplemente, esto no resulta relevante para su forma de divertirse.

Por ejemplo, en la campaña que llevo en curso, Shores of Korantia, los intentos de transmitir esa sensación de hallarse en una cultura con valores e intereses sustancialmente diferentes de los que nos rodean en el mundo real ha resultado en un fracaso. Ya sea por mi incapacidad para lograr esto, por haber adoptado un enfoque equivocado, o sencillamente, porque a los jugadores no les atrae esta faceta del juego, el caso es que no he tenido buenos resultados en esto. Eso me ha dejado un tanto insatisfecho con la campaña, ya próxima a su final. En Crusaders of the Amber Coast o Mediterráneo Mítico son campañas que me dejaron más contento en lo que se refiere a esto.

De todos modos, aunque me gusta hacer hincapié en este matiz del juego, tampoco aspiro a que domine cada sesión de juego. La aproximación antropológica y costumbrista a una ambientación me parece deseable sólo hasta cierto punto. Al final, estos detalles y descripciones lo que hacen es vestir tramas y argumentos que, si bien pueden variar en su presentación, en el fondo son más o menos los mismos en cualquier juego o entorno de campaña. Por experiencia propia soy consciente de que cuando el juego convierte esas tramas en algo secundario para centrarse en profundizar la descripción de la ambientación, mi interés comienza a desvanecerse. He jugado con directores de juego muy buenos a la hora de ofrecer esta aproximación sin que por ello yo lograse conectar realmente con la campaña.

Mi gran asignatura pendiente en esto de los juegos de rol, y una que no sé si alguna vez conseguiré superar, es la de crear una ambientación propia que satisfaga estos criterios. Sin por ello dejar de lado la parte más tradicional -porque es la que se suele encontrar más divertida- de una campaña. No sé, puede que algún día consiga hacer algo así. Quizá.

Por el momento intentaré hacer lo que pueda en las sesiones que restan a Shores of Korantia. Más adelante, cuando tenga ocasión de volver a dirigir, creo que me gustaría hacer algo por fin con Classic Fantasy. Pero quién sabe, estos planes siempre pueden variar.

¿Es posible extraer alguna conclusión de todo este rollo que acabo de soltar? Y yo qué sé.

7 comentarios:

  1. Yo creo que la conclusión es que, a veces, lo que esperamos como árbitros no siempre se cumple. Hay tantas variables en una partida que incluso si el enfoque que le das es el adecuado, no tiene por qué despertar interés en los jugadores. Con respecto a lo de que interpretes personajes similares, eso yo no lo veo como un problema ni como un defecto. Lo importante es que te diviertas :)

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    1. Ya hace tiempo que me di cuenta de que, cuando trataba de jugar con un PJ sustancialmente diferente a mi habitual, al final la inercia acababa haciendo que lo interpretase más o menos como siempre, independientemente de la intención inicial. Ahora sólo pruebo a jugar así cuando se trata de partidas autoconclusivas, PJ pregenerados y similares.

      En cuanto a la campaña que he ido dirigiendo, pues cosas que pasan. Tampoco es ningún drama :).

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  2. Conclusión no sé, pero desde luego tienes una amplia capacidad de autocrítica. ¿Eso sirve para algo? No lo sé, pero desde luego hay una profunda reflexión tras este texto (el tuyo, no el mío, ojo)

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    1. Encuentro que, a menudo, me viene bien poner por escrito cosas como esta cuando me rondan la cabeza. Al hacerlo, con frecuencia acabo tomando conciencia de cuestiones que hasta el momento había pasado por alto.

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  3. Tal y como lo entiendo yo, tienes que jugar con un personaje con el que te encuentres cómodo.
    Por otro lado, ya como "creador de ambientes", los aspectos de esta faceta que nos interesan acostumbran a cambiar tanto como cambiamos nosotros a lo largo del tiempo... pero los de nuestros jugadores no tanto :)
    Yo me he dado cuenta de que el los 25 años que llevo escribiendo acerca de mi ambientación han existido 3 grandes divisiones en cuanto a lo que me he centrado. La historia de fondo sigue siendo la misma, pero los detalles en los que pongo el foco han ido variando.
    De haber seguido arbitrando, supongo que habría tratado de plasmar esto en las partidas... me temo que con idéntico resultado por parte del público al que obtengo con lo que escribo.

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    1. Sí, es evidente que a medida que pasa el tiempo, ponemos el énfasis de nuestro interés en cuestiones diferentes. Algo que antes nos emocionaban ahora nos resulta indiferente, y al contrario. Supongo que eso hace que sea todavía más complicado acertar a la hora de conjuntar elementos en una campaña que gusten a todos. Toca intentarlo y conformarse con la mejor aproximación posible, parece ser.

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    2. Encontrar un pinto de equilibrio entre los intereses complementarios, comunes o contrapuestos entre director y jugadores es una tarea muy complicada y todo un arte, pero no por ello hay que tratar de intentarlo.

      Por lo demás, tú vete subiendo por aquí cualquier intento de ambientación que abarque tus intereses actuales.
      Sólo si está disponible podrán encontrarla aquellos a quienes pueda llegar a interesar.

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