miércoles, 27 de agosto de 2014

El anillo del espíritu, de Lois McMaster Bujold

Aunque La Factoría publicó este libro en 2007, la edición original data de 1993. Fue la primera incursión de la autora en el campo de la fantasía. En el momento de publicar esta novela, Lois McMaster Bujold contaba ya con una prolífica bibliografía, toda perteneciente a la serie de Miles Vorkosigan. 

El anillo del espíritu cuenta una historia situada en la Italia del Renacimiento. En el ficticio ducado de Montefoglia, la joven Fiametta Beneforte vive con su padre, un orfebre dotado de habilidades mágicas, y que cuenta con licencia de la Iglesia para usar sus poderes en el ejercicio de su profesión. Flametta tiene un gran talento para seguir con el oficio paterno, pero se encuentra con las trabas que la sociedad pone a su sexo.

El destino de la aspirante a maga orfebre se unirá al de Thur Ochs, un muchacho que quiere escapar de una vida condenada al trabajo como minero. Y todo ello en el marco de una conspiración que pretende tomar en poder en Montefoglia, que resulta ser una pieza importante en un tablero mucho más grande. 

Se trata, claramente, de una novela que apunta a un público juvenil, y como tal se la debe entender antes de hacerse una opinión sobre la misma. Los personajes no son simples, pero sí se separan claramente entre héroes y villanos, de una forma un tanto maniquea. Más adelante, la autora se decidiría por una aproximación más adulta al género, con los mucho más complejos protagonistas de La maldición de Chalion o Paladín de Almas, pero esa no es el tipo de individuos que encontraremos aquí. Pero tampoco hay que pensar por ello que se trate de personajes de opereta. Sencillamente, fueron desarrollados con pocos rasgos, pero bien definidos.

La historia se desarrolla a un nivel local, sin un gran despliegue de espectacularidad. Aunque los acontecimientos que se cuentan pueden tener repercusiones a una mayor escala, se van sucediendo de forma casi discreta, con pocos personajes involucrados. No se trata precisamente de una gran épica con enormes ejércitos chocando en el campo de batalla mientras unos poderosos héroes combaten con el señor oscuro por el destino del mundo.

Con todo, no faltan los detalles exóticos. Se trata de una novela de fantasía, después de todo. La magia no sólo es real en la historia, sino que su uso se encuentra legislado. Entra en la jurisdicción de la Iglesia determinar si un mago puede ejercer como tal o no. Pues también hay riesgos, y no falta quien esté dispuesto a tontear con la magia negra. Ese detalle, el de la magia como algo integrado en la sociedad -incluso aunque se la contemple con temor y recelo-, es algo que me gusta, por supuesto; Califica a El anillo del espíritu como una historia situada en la Tierra Alternativa.

En general, el modo en cómo se concibe el funcionamiento de la magia la vuelve algo sutil y costoso. Prospero, el padre de Fiametta, se especializa en la creación de pequeños objetos que quedan imbuidos con la suficiente magia como para realizar pequeños trucos. Pero el uso de la magia negra lleva los límites bastante más lejos, como se puede imaginar.

Aunque El anillo del espíritu dista mucho de ser la mejor novela de la autora (tanto en su bibliografía en general, como en sus historias de fantasía en particular), no deja de ser una novela escrita con el buen oficio del que McMaster Bujold siempre hace gala. Los eventos de desenvuelven con rapidez, la historia avanza a buen ritmo, contada con la prosa engañosamente sencilla con la que los lectores habituales de Bujold ya estarán acostumbrados. Al final, aunque no es una novela que vaya a dejar una huella muy profunda en el lector, como mínimo le hará pasar un rato entretenido. Y poco más se puede decir.

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