miércoles, 24 de julio de 2013

Los gusanos de la tierra, de Robert E. Howard

Para alguien que pudiese estar interesado en leer a Robert Howard más allá de alguno de sus personajes más célebres, por ejemplo, Conan o Solomon Kane, éste es el libro que le recomendaría.

Los gusanos de la tierra y otros relatos de horror sobrenatural (Valdemar, colección gótica, 2006) es una magnífica antología de buenos relatos de terror y de espada y brujería. Entre sus páginas se cuentan alguno de los mejores trabajos del tejano, y en líneas generales, la selección de relatos es muy buena. Tanto, que la siguiente entrega que se hizo en la colección gótica con historias seleccionadas de Howard, Canaan negro, resulta en comparación mucho más pobre.

Son diecinueve los relatos del libro, más una introducción, que suman un total de 334 páginas. Hay edición de bolsillo, en la colección el Club Diógenes, también de Valdemar, aunque creo que para ello se dividió en dos partes.

La introducción es un texto panegírico de H. P. Lovecraft, escrito tras conocer la noticia de la muerte de Robert E. Howard. Las opiniones que el de Providence tenía sobre el tejano son en algún momento un tanto descabelladas (como cuando afirma que Howard podría haber sido un gran militar, algo que se deduce de leer sus descripciones de batallas), pero es un texto lleno de respeto que muestra el afecto que Lovecraft sentía por Howard.

Las historias son de muy diverso género, aunque en su mayoría reconocibles en su estilo. Un punto en común es que la selección se ha hecho dejando fuera las pertenecientes a los ciclos más extensos (no hay relatos de Conan, de Solomon Kane o de Kull, por ejemplo, ni tampoco de El Borak, Steve Costigan o cualquiera de sus protagonistas más recurrentes) Las hay protagonizadas por aventureros occidentales (por alguna extraña razón, normalmente tejanos) en algún lugar de Oriente Medio, buscando tesoros en ruinas antiquísimas, viviendo aventuras enfrentándose a bandidos, o haciendo frente a las amenazas sobrenaturales que protegen los tesoros que buscan. De este tipo, podemos encontrar La voz de El-Lil o El fuego de Asurbanipal.

Hay otras pertenecientes genuinamente al género de terror. De este tipo destacan La Piedra Negra, relato escrito siguiendo el estilo de los Mitos Lovecraft, (incluyendo su propio libro maldito, semejante al Necronomicon; se trata de Cultos Sin Nombre, de Von Junzt) aunque Howard no pudo evitar incluir menciones a sangrientas batallas, y Palomas del Infierno, una historia de fantasmas muy buena. La cosa del tejado es algo más floja y clásica en su trama, igual que La serpiente del sueño, aunque esta última contiene algunos momentos que encuentro muy inquietantes, haciendo que su lectura valga la pena.

El libro incluye otras historias de fantasmas, situadas en la Texas natal de Howard, tanto en su época como durante los tiempos de la frontera, en plan western de fantasmas. De esos, entre otros, podemos leer El hombre del suelo o No me cavéis una tumba.  A Bob Dos Pistolas le gustaba escribir sobre su tierra, pero admito que no son mis historias favoritas del tejano.

Mucho mejores encuentro las pertenecientes al ciclo de la “memoria racial”, en las que el protagonista cambia de un relato a otro, aunque hay uno, James Allison, que sí repite. El tema de estos cuentos es la rememoración de vidas pasadas, de un tiempo muy remoto, y los desafíos a los que tuvo que hacer frente en su existencia anterior. El valle del gusano es particularmente bueno, pero hay otros, como El pueblo de la oscuridad o El jardín del miedo.

El pueblo de la oscuridad toca precisamente otro tema que se repite a lo largo de algunas historias, la de la raza de criaturas inhumanas que habitan en cuevas subterráneas bajo Gran Bretaña. En realidad, aquí Howard repetía un tema ya tratado anteriormente por Arthur Machen. Pero la historia más lograda en este aspecto es la que da título a la antología. Los gusanos de la tierra es una genial historia protagonizada por el Rey Bran Mak Morn, jefe de los pictos. Es una trama de venganza contra los conquistadores romanos, y como por la búsqueda de la misma, el rey picto está dispuesto a pagar un altísimo precio. El estilo de Howard a menudo hace que valga la pena leer incluso sus peores historias, las más deficientes en la trama, o las menos creíbles, pero esta le quedó redonda. Es buena de principio a fin, con un estilo mucho más tétrico que la mayoría de relatos de terror de Howard, por no hablar de las habituales aventuras de guerreros que tanto abundan en su obra.

Y de esos tampoco faltan en este libro. Representados principalmente por Turlogh O´Brien, que sigue el más típico perfil del aventurero howardiano (dos metros de altura, grandes músculos, gracia felina, cabello negro, ojos azules, muy mala ostia), por supuesto, irlandés. El otro perfil recurrente, por cierto, es el del nórdico rubio que, por lo demás, es idéntico al anterior.

Turlogh, apodado Dubh (el Negro) vive sus aventuras en el siglo IX o X, luchando con los invasores noruegos y daneses de su tierra, participando, aunque involuntariamente, en las revueltas de los pictos contra los nórdicos, pictos que aún recuerdan a sus legendarios ancestros Bran Mak Morn y Brule el Asesino de la Lanza. Pero también viaja lejos de su tierra natal, llegando incluso a aguas inexploradas, en las que encuentra civilizaciones perdidas que conservan el conocimiento de antiguas brujerías. Vamos, que las suyas son clásicas historias de Fantasía Heroica, de Espada y Brujería. Sus relatos son Los dioses de Bal-Sagoth y El Hombre Oscuro. Ambos son buenos, sin llegar a la cima de la producción del autor, pero son entretenidos y buenos exponentes del género.

Como ya he mencionado antes, creo que Los gusanos de la tierra son el mejor relato de esta antología, seguido por El valle del gusano (se ve que aquí la cosa va de cosas vermiformes), El hombre oscuro y los dioses de Bal-Sagoth. Son mis favoritos en parte por su género y temática, porque admito que La piedra negra y Palomas del infierno también son historias muy buenas.


Es una lectura casi obligatoria para cualquier aficionado a la prosa de Howard. Y como decía al principio, quien quiera una toma de contacto con el autor, algo que le ofrezca una variedad de los géneros y tipos de historias en los que trabajó, en lugar de centrarse en un único ciclo de relatos, Los gusanos de la tierra y otros relatos de horror sobrenatural me parece la mejor opción disponible (en castellano).

2 comentarios:

  1. Magnifico libro sin duda, es una pena que Valdemar tenga los precios que tiene por que la selección de títulos en su colección Gótica es impresionante.

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    1. Lo peor es que si te gusta leer a este autor, La biblioteca del laberinto hace que los libros de Valdemar parezcan tirados de precio. De la editorial Barsoom, que creo resulta mucho más barata, no he leído aún nada, así que no sé cómo será su traducción.

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